Los domingos son para reflexionar, para escuchar esa
canción que tanto te gusta una y otra vez. Para prometerte a ti mismo que a
partir de este día, todo será diferente. Acaba una semana, empieza otra.
Todo
el mundo cae de vez en cuando, pero el amor siempre estará presente. En cada
esquina hay razones para seguir creyendo. Es mirar en el fondo de tus ojos y ahí
está, aún sigue brillando. En cuanto cae el sol, te empiezo a echar de menos, y
la cama es un mal lugar para estar cuando tú no estás allí. Se cierran los ojos
y la imaginación vuela hacia lugares que quizá nunca fuimos capaces de imaginar.
Es hora de tomar la situación, de guiar, en vez de ser guiado, ¿no os parece?
Imaginaos ser esa persona que siempre quisisteis ser, no me habléis de
imposibilidades, de la imposibilidad de cambio, yo no creo en ello. Estoy
dispuesta a alcanzar todo esto. Ya no valen las excusas, trato de impresionarte,
es cierto. A veces me siento tan enamorada, tan llena de ilusiones, de
pensamientos inconexos, y te veo tan lejos y entonces pienso: es esto. Lo que
busco, lo que te hace caer, lo que al segundo siguiente te eleva, te ilumina...
y vuelve a caer. Sé mi sol. Dedícame canciones, sácame a bailar, dime todas esas
palabras que te rondan la mente, miénteme si quieres. Estoy desecha a veces,
caigo, y siento que tú caes conmigo. Caemos, lo nuestro desaparece... Pero no
tiene porque ser así. Cada día es una buena excusa para empezar de cero, para
hacer todo lo que debías haber hecho desde hace tanto tiempo...un buen día para
quererte un poco más. Te quiero decir, siempre te quise decir... que las cosas
más importantes a menudo son las que no decimos. Que si dudo, no es porque no
dude, es porque sé. Si te pregunto una y otra vez lo mismo, no es porque no sepa
la respuesta, es porque quiero que me digas la mentira que se esconde detrás.
¿Acaso no la hay? Cuántas películas serán capaces de caber en esta frágil mente.
Espero que esta noche vengas conmigo, es una larga noche, vámonos a Los Ángeles,
y triunfemos. ¿Por qué no? Tú no eres nadie, yo tampoco; pero en cuanto me crucé
con tu mirada, todo cobró un poco de sentido. ¿He nacido en la época equivocada?
Necesito un caballero. El destino nos separa, los caminos se distancian, aún
queda tiempo, pero cada día es el último día y... ¿cuántos quedan? Cuídame. Te
echo de menos aún cuando estás, llámame, quiéreme. No te vayas. Llévame a un
café. Me quedo sin fuerzas cuando me encuentro a mi misma rompiéndome poco a
poco. Eres como un extraño a veces, y no quiero más tu amor. Pero lo recupero
del cubo de la basura porque eres lo que me repara. Aquí es donde se supone que
debería estar, ¿cierto? Tengo ganas de cada mañana, darte lo mejor de mí, por si
te vas, por si me dejas así. A veces me siento pequeña, indefensa, cuando no
llamas. Si pudiera, te lo diría. Tengo un dilema, y tú solucionas todas mis
dudas. Sé mi extraño, te necesito cuando me necesitas. Estás a miles de
kilómetros y me dices que quisieras estar aquí, entonces te siento junto a mí.
Ha sido divertido conocerte, es divertido ir descubriéndote día a día, y que el
sol nos descubriera en tu coche aquella mañana. No tenía casi nada que
ofrecerte... ahora se podría decir que me he cambiado hasta de nombre. Nuevas
ideas, ilusiones, sueños, planes. Sólo te pido que me quieras. Espero que te
quedes, tengo la llave, tengo la clave.
Espero que los tiempos dorados
estén por llegar, y que haya respuesta para todos, y para todo.
Que todo cambie, que el mundo gire, que nada resulte lo que parecía ser,
y todos nos descubramos a nosotros mismos, que el mundo resulte lejano del de
ahora, que se arreglen todos los corazones y todos los hogares. Nadie
vivirá más cerca del suelo que del cielo. Iluminemos las noches, son mágicas. La
luna esconde un secreto. Que todo cambie, que las mentiras se sustituyan por
amor y las personas nunca nos fallen. Que todo cambie, pero que tú, sigas
estando aquí. Espero que para cuando todo se haya arreglado, ya esté reparada,
esté completa. Que tus sueños se cumplan, que los míos también. De alguna
manera, sabré donde estás; de algún modo, estarás aquí, aunque te hayas ido. Y
con tu recuerdo, permaneceré, y todo seguirá su ritmo. A veces me sentiré sola,
la soledad vendrá a mí; saldrán los recuerdos a flote, pero estaré bien. Después
de todas estas noches sin dormir, me sienta bien saber que estás aquí. Siempre
has querido un poco más, yo siempre te pido un poco menos. Me quedo atascada en
algún punto entre tú y yo. No sé dónde está lo correcto. ¿Acaso importa? Los
años taparán las heridas. Dime cómo haces tú para recobrar fuerzas, para querer
seguir, para no derrumbarte. No hay mejor imagen, que un amanecer... todo parece
detenerse, y allí, junto con la luna, todas las penas se quedan.
Si, el
domingo es un buen día para pensar.